Una de las lecciones que deja la Historia universal de las y los más importantes atletas, es que no se dejan vencer, y menos aún, se rinden. En este contexto, es que motivamos a las personas que utilizan andadera o andador a hacer ejercicios para mantener su cuerpo en las mejores condiciones posibles, al realizar rutinas de ejercicios de forma cotidiana, supervisadas por una persona profesional de la rehabilitación o bien por su médica o médico de cabecera.
El primer paso, y muy importante, es asegurarse de que estén puestos los frenos de la andadera, que esté bien firme ya sea en una esquina de la habitación o junto a una pared.
Una vez asegurada la andadera, se pueden ensayar rutinas de levantar una pierna y luego otra, elevando cada rodilla hacia el estómago, lo más que se pueda, unas 20 veces de cada lado, empezando despacio con cinco o diez levantamientos[1].
Un segundo ejercicio que podemos hacer es: detenidas de los manubrios o arcos del andador fijo, pararnos de puntitas hasta cien veces, en tandas de 20 o 25 repeticiones. Podemos mover una pierna lateralmente, ya sea levantándola, o bien apuntando con el pie hacia un lado, y luego hacer lo mismo con la otra.
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David Martínez
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