El tango como baile y música instrumental nació en Argentina y Uruguay, con mayor precisión en las ciudades capitales de Buenos Aires y Montevideo, respectivamente, en los siglos XVIII y XIX. Se dice que este género híbrido entre música española y sonoridades autóctonas comenzó a tener un gran impacto en los márgenes de esas localidades urbanas, sobre todo entre las comunidades de gente inmigrante, esclava e indigente.

Como el tango fue típico de burdeles, no tenía buena reputación, y se asegura que al principio se bailaba entre caballeros. Como suele suceder con algunas tradiciones artísticas interesantes, estilizadas y llenas de pasión, este baile fue rehabilitado en el siglo XX en todo el mundo, sobre todo en París y entre sectores burgueses de la época posterior a la Segunda Guerra Mundial[1].

Los movimientos del tango son sensuales, no sutiles y muy atractivos. El baile, en todos los casos, se recomienda mucho para practicar ejercicio cardiovascular de manera entretenida y con más personas (dicho sea de paso, colabora con la socialización sana a niveles emocional e intelectual).

Además de ejercitar una buena postura (la espalda derecha), con el tango se ejercita la flexibilidad de las rodillas para poder pivotear y, de esta manera, se desarrolla también la estabilidad y elasticidad.

Entre los cinco pasos que, una vez se haya calentado el cuerpo, se pueden practicar en un principio en casa, aún sin la pareja acompañante, están:

Moverse hacia adelante con el pie izquierdo; después ir adelante con el pie derecho. Repetir adelante ahora con el pie izquierdo y de nuevo hacia la derecha con el pie derecho. Una vez que estén los pies juntos moviéndose a la izquierda, deben juntarse a la derecha. Faltará nada más repetir este paso.

Contacto:

Carlos Blanco y María Julia Rodríguez

Instructores de tango

Tel. Carlos Blanco: 55 18 19 11 68

Instagram: @casaargentinaenmexico


[1] https://www.donquijote.org/es/cultura-argentina/tradiciones/tango/

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