¿Cuántas lenguas existen en nuestro país, además del náhuatl y el maya? Según los datos más recientes del INEGI, son 68. ¿Y cuántas de esas conocemos? Yo, por ejemplo, ni sabía que en Baja California Norte existe la lengua kumiai, ni que está en riesgo de desaparecer. Por ello, el día de hoy me es muy grato e importante hablar del trabajo de dos mujeres adultas mayores: Doña Beatriz y Doña Naty, ambas hablantes nativas de la lengua quienes, junto a Carlos Gil, investigador y lingüista, trabajan en un diccionario de la lengua kumiai.

Esta información se publicó en mayo en el periódico El País y me pareció un magnífico pretexto para fijar nuestra atención en todos los conocimientos que atesoran las personas mayores: recetas, técnicas, canciones, dichos populares, métodos, aprovechamiento de recursos… en fin: sólo se necesita mirarlos, valorar su presencia y saber que con ellos está también toda la experiencia y la sabiduría que los años les han otorgado. Doña Naty y Doña Beatriz, maestras de oficio, son conscientes de lo que significa ser poseedoras de una lengua que se pierde poco a poco, y el lingüista Carlos, de la UABC, valora en sobremanera el gran conocimiento de estas mujeres. Gracias a ese diccionario la lengua kumiai no desaparecerá del todo.

Y un detalle interesante: para compartir un conocimiento, primero se debe de saber que lo tenemos, y después, más importante aún, querer compartir esa sabiduría. Tenemos que valorarnos y no convertirnos en la primera persona descalificadora de nuestro propio saber. Aquí aplica muy bien la afirmación de Amadou Hampaté Bá, investigador de Mali: “en África, cuando una persona vieja muere, una biblioteca se quema”. ¿No le parece que lo mismo podría aplicarse en México? ¿Cuántos tesoros podemos rescatar en estos días?

 

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