Las personas adultas mayores están más propensas a padecer infecciones en vías urinarias, sobre todo si padecen demencia, Alzheimer, Parkinson, o sin han descuidado la higiene al acudir a orinar. El problema con las infecciones urinarias en personas adultas mayores es que pueden esconderse tras los síntomas de otras enfermedades, y agravarse si no se tienen los cuidados necesarios. Una infección urinaria prolongada puede afectar de manera irreversible los riñones, e incluso ocasionar una septicemia, que es el envenenamiento de la sangre.
La mejor manera de prevenir este tipo de infecciones es ir al baño las veces que se requiera y vaciar completamente la vejiga; tener una higiene adecuada, sin utilizar jabones ni productos de alguna otra índole; beber mucha agua y hacerse periódicamente análisis de orina para revisar que no haya demasiadas bacterias en ésta que indiquen alguna infección.
Las infecciones urinarias pueden ser de orina baja o de orina alta, y, en general, los síntomas para los problemas con orina baja son: “disuria (molestia en orinar); polaquiuria (orinar varias veces con poco volumen de orina); tenesmo vesical (sensación de necesidad constante de orinar), y también puede estar presente el dolor suprapúbico”[1]. Si se trata de una infección por orina alta puede presentarse fiebre y dolor lumbar o de abdomen, de acuerdo con la misma fuente.
La forma más frecuente para detectar infecciones en vías urinarias es la muestra de orina y pruebas de laboratorio[2].
NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.
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[1] https://cuideo.com/blog/infecciones-orina-en-ancianos/#:~:text=La%20infecci%C3%B3n%20de%20orina%20o,en%20el%20momento%20de%20orinar.
[2] idem.
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