Muchas enfermedades son de carácter silencioso y difícilmente nos damos cuenta de que las padecemos, hasta que ya están avanzadas y no resulta sencillo controlarlas.
En el caso de las enfermedades cardíacas, es muy factible detectar a tiempo alguna falla. Por eso, además de estar atentos a los síntomas que se describen a continuación, vale la pena por lo menos una vez al año, y sobre todo cuando se rebasan los 65 años, ir a revisión general con un cardiólogo o cardióloga especialista.
En muchos casos, los síntomas siguientes nos avisan que puede haber problemas cardiovasculares (aunque varían dependiendo de la persona)[1]:
- Dolor de pecho
- Dificultada para respirar
- Tos o sibilancia
- Inflamación de las piernas, tobillos o pies
- Vasos sanguíneos estrechos
- Fatiga
- Ritmo cardíaco rápido o irregular (palpitaciones).
Los ‘vasos sanguíneos estrechos’ se refieren a que “el colesterol y otro material graso (placa) se acumula en las paredes de las arterias”, por lo que el suministro de sangre al resto del cuerpo puede ser deficiente, y esto se manifiesta en “dolor, malestar, fatiga, ardor o incomodidad en músculos de pies, pantorrillas o muslos; adormecimiento de piernas, piernas frías al tacto y piel pálida. Estos síntomas pueden aparecer al caminar o hacer ejercicio, y desaparecer después de varios minutos de descanso”[2].
La fatiga es complicada de identificar cuando no se tiene una vida activa; sin embargo, habrá que estar atentos al cansancio excesivo, que no se considera normal, y a la debilidad asociada a éste que también resulte poco común.
Es importante recordar que, si pensamos que podemos tener un problema cardiovascular, debemos de recurrir de inmediato con una o un profesional de la salud para no correr riesgos innecesarios.
NOTA IMPORTANTE: Recuerde que, si bien APRENDER A ENVEJECER aporta información de fuentes confiables, siempre recomendamos que consulte primero a su médica o médico de cabecera, y que evite automedicarse.
[1] https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000775.htm
[2] Ibid.
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