Los especialistas aseguran que el ciclismo “es salud sobre ruedas”[1]. Y aunque parezca un deporte o actividad peligrosa para las personas adultas mayores, se sugiere intentar andar en bicicleta seriamente, siempre y cuando: “la persona haya realizado alguna actividad motora en los últimos tiempos y los estudios médicos pertinentes garanticen un buen estado de salud, el cual posibilite realizar dicha actividad deportiva”[2].
Y es en este contexto que no se descarta andar en bicicleta solamente por ser persona adulta mayor; al contrario, en caso de poder hacerlo (siempre hay que consultar al médico o la médica de cabecera, así como utilizar el sentido común sobre los lugares seguros para practicar este deporte), andar en bici es muy benéfico porque además de ser un ejercicio cardiovascular fantástico con un impacto espléndido en la salud, ayuda a socializar, brinda la posibilidad de movilidad sin contaminar y es promotor de la autonomía, al dar independencia a la persona que lo practica, además de ser una actividad entretenida.
También se ha estudiado más específicamente que “el pedaleo repercute en una mejor musculatura, mejor riego sanguíneo, salud de las articulaciones, mayor densidad ósea, más fuerza y mejor equilibrio”[3].
La bicicleta estática es una opción más segura para las personas adultas mayores que no han cumplido con los requisitos antes enunciados. Ejercitarse entre 20 y 40 minutos al día en estos aparatos también brinda grandes beneficios, de preferencia guiados por personas especializadas en deporte, rehabilitación física o médicas y médicos de cabecera.
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[1] https://paraterceraedad.info/deportes/ciclismo-en-la-tercera-edad/
[2] Ibid.
[3] Ibid.
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