Si estamos en la era de promover acciones en favor de la comunidad global, con el conocimiento de que estas rutas de conducta son las únicas que pueden mantener a flote a la humanidad, en un planeta afectado por el calentamiento atmosférico, por el exceso de desechos tóxicos, así como por el individualismo letal, desde luego que la donación de órganos es de lo más actual y pertinente.
Los órganos sanos de personas que ya murieron pueden salvar muchas vidas, y para hacerlo simplemente hay que tener la voluntad, manifestarlo y comprobar su estado de salud.
La Ley General de Salud en México dice en su artículo 321:
La donación en materia de órganos, tejidos, células y cadáveres, consiste en el consentimiento tácito o expreso de la persona para que, en vida o después de su muerte, su cuerpo o cualquiera de sus componentes se utilicen para trasplantes.
Donar órganos y tejidos en México es gratuito, y solo se requiere ser mayor de edad (y comprobarlo), querer donar libremente y comunicar esa decisión a la familia[1].
De acuerdo con la Secretaría de Salud de la Ciudad de México:
La donación de órganos, tejidos y células es un gesto altruista, considerado como el mayor acto de amor entre los seres humanos.
En la actualidad hay miles de personas que necesitan un trasplante para seguir viviendo y mejorar su calidad de vida.
La única forma de contribuir a resolver este problema es donar, convencer a nuestros familiares y conocidos a que también lo hagan; cuantas más personas acepten ser donadoras, un mayor número de vidas se podrán salvar[2].
[1] https://www.salud.cdmx.gob.mx/servicios/servicio/donacion-de-organos-tejidos-y-celulas#:~:text=%2D%20La%20donaci%C3%B3n%20en%20materia%20de,componentes%20se%20utilicen%20para%20trasplantes.
[2] Ibid.
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