Entre los muchos derechos que tenemos las personas mayores, y que ya sabemos que no caducan con la edad, está el de la educación sexual.
Educación para entender que tenemos derecho a la expresión de nuestra sexualidad como personas adultas mayores, cualquiera que sea nuestra orientación.
Educación para conocer las diferentes formas de protección, y evitar infecciones que deterioran nuestra calidad de vida.
Algunas investigaciones advierten que varias enfermedades, entre ellas la que produce el VIH, han aumentado en la población adulta mayor, precisamente porque piensan que ya no necesitan protección.
Educación para entender y respetar la diversidad sexual.
Pero lo más importante, es educarnos para saber que tenemos derecho al placer. Ya lo hemos dicho en otras ocasiones: tenemos derecho a dar y a recibir afecto, a dar y a recibir placer.
El ser personas mayores no nos quita la necesidad de un beso, de un abrazo, de una sensual caricia. Con frecuencia se nos niega ese derecho, y todo porque somos viejas, viejos.
Las arrugas no nos impiden sentir, tampoco se contagian. La piel con cicatrices y otras huellas del tiempo no impide el disfrute de otras pieles.
Hoy es el Día Mundial de la Salud Sexual, organizado por la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS, por sus siglas en inglés), y su lema para 2022 es ¡Hablemos del placer! Y yo además de hablar de ello, le invito a vivirlo. Dese una oportunidad.
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