La buena higiene bucal y el buen estado de nuestra boca garantizan la salud de nuestro cuerpo e, incluso, de nuestro cerebro. El cuerpo humano es un sistema interconectado enorme, y las situaciones benéficas o malignas pueden pasar de una zona a otra sin que podamos sospecharlo. Las vías de interconexión más comunes son la sanguínea y la gastrointestinal.
Las caries, pero sobre todo la periodontitis, que es la inflamación de las encías, además de provocar la pérdida de piezas dentales, pueden ser el origen de padecimientos cardiovasculares, infecciones respiratorias y, en investigaciones recientes, se las ha asociado con la enfermedad de Alzheimer y algunos tipos de cáncer. ¡Pero no se alarme! Si usted tiene algún padecimiento en la boca, atiéndalo para evitar que esa infección llegue a otras partes del cuerpo. Las enfermedades bucales no son una causa directa. La boca, naturalmente, posee varios miles de microorganismos que forman una microbiota que, en desequilibrio, pueden afectar otras partes del cuerpo.
No normalicemos el sangrado e inflamación de las encías, ni tampoco los dientes flojos. No repita la catastrófica frase de “es por la edad”, “es que eso nos pasa a los viejos”. Estas expresiones nos paralizan e impiden que busquemos ayuda. Es precisamente por la edad que debemos poner más atención a la salud del cuerpo completo. Si ya tuvimos la gran oportunidad de llegar a la vejez, hagamos todo lo posible por pasarla bien. ¡Construyamos, día a día, nuestra calidad de vida!
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